jueves, 23 de abril de 2009

Meditacion I : Despertar

Hoy hace eones que no escribo, de hecho no he querido ni mirar cuando fue mi última actualización…
Pero bueno, creo que ya se a que se ha debido esa ausencia de necesidad de escribir.
Al parecer me he estado convirtiendo en la clase de persona que no quería llega a ser. Una persona que anda sin mirar por donde va, un borrego más….
No borrego en el sentido de totalmente sumiso e influenciable, sino conformista, que más bien he perdido (o se ha reducido bastante) mi espíritu crítico, mi capacidad para observar mi entorno y las personas que lo componen. Y durante este tiempo me limitaba a hacer, también pensaba lo que hacía, pero no juzgaba las cosas a mí alrededor.
Y ha sido estudiando durante la tarde de un jueves a la víspera de un examen de mañana, cuando me he dado cuenta de esto y que no debía esperar a escribir.
Todo esto ha sido leyendo a un autor que no conocía hasta hace poco “Joan Fuster”. Es un famoso ensayista valenciano que dice cosas curiosas. El caso es que los primeros textos que leí de este hombre no me gustaron, me parecieron propios de un llorón (una persona que se queja por quejarse). Pero leyendo más sobre él me di cuenta de cómo pensaba y de que la gente que critica las cosas no puedes verlos como alguien neutral, o te cae bien o te cae mal, a veces puedes dudar si es una postura u otra pero nunca en medio de las dos.
Y automáticamente empecé a recordar… cosas que dije, cosas que no dije y cosas que quizá debería haber dicho. Todo esto junto con un tipo llamado “Chojin” me ha hecho darme cuenta de que para que el mundo vaya a mejor (en la medida que se pueda) debe hacerse cosas.
Empezando por escribirlas y siguiendo por ser consecuente con mis palabras.

Un abrazo, he vuelto.

PD: “El chojin” es un cantautor del genero del hip-hop que es la polla en patinete. Y merece la pena escucharlo aunque no te guste mucho el rap, solamente por las cosas que dice.

domingo, 4 de enero de 2009

Agradable sorpresa

Como casi todo en esta vida, todo tiene un dicho o un refrán para acompañarlo. Y como se suele decir, año que llega bienvenido sea.

Y como no, para abrir el año tengo que escribir.

¿Nunca os ha pasado creer conocer a una persona y luego daros cuenta de que no era como vosotros esperabais, de que algo en su conducta os ha sorprendido mucho? Tranquilos que esta no es una historia de tristeza y lamentación. Es justo lo contrario.

Recientemente me ocurrió que estando a solas con una persona, comenzamos a hablar tranquilamente. La conversación, como todas, comenzaba como algo trivial, pero poco a poco iba profundizando. Silencios no molestos y miradas al frente de vez en cuando acompañaban el encuentro.
Tras un momento de sinceridad dejando al lado el orgullo, un largo silencio entra en escena acompañado de un sincero gesto de ánimo.

Sin darme cuento me sorprendo mirando al frente con una sonrisa en los labios. Y me doy cuenta de que yo estaba sonriendo, después de haber dicho algo verdaderamente triste. Pero esa sonrisa era una sonrisa alegre y agradecida.

Agradecida de tener al lado a esa persona. De sentirme afortunado por que tuviese cerca de mi a esa gran persona. Mientras pensaba en esto, iba uniendo momentos vividos con esa persona que delataban lo que ahora veía claramente de ella, lo que llevaba por dentro y no lo que a simple vista parecia.

Por eso os invito a daros cuenta de las personas que tenéis cerca normalmente, y a daros cuenta de lo importantes que son para vosotros y hacédselo saber, que nunca esta demás.

Un abrazo y feliz año.